La provincia de Buenos Aires elige: cerraron los comicios y hay expectativas por los resultados

07 de septiembre de 2025
Redacción La Plata Diario

Una hora antes del cierre de las urnas, la participación superaba apenas el 60% del electorado bonaerense en una jornada atravesada por la incertidumbre económica y los escándalos de corrupción que golpean al gobierno de Javier Milei. El resultado se perfila como un plebiscito a la gestión libertaria en el poder.

La provincia de Buenos Aires volvió a ser el epicentro de la política argentina. Este domingo, en las elecciones legislativas, votó más de la mitad del padrón electoral (el gran terror de todas las fuerzas políticas) pero no se acercó a números históricos. Si bien podría haber sido peor, el número que enciende las alarmas no solo por la apatía social sino también porque refleja el clima de desencanto que domina a la ciudadanía frente a un país en crisis.

La caída del poder adquisitivo, la inflación que erosiona los salarios y el desempleo creciente han configurado un escenario áspero en el que votar parece, para muchos, un acto más de resignación que de esperanza. El oficialismo libertario llegó a esta cita atravesado por denuncias de corrupción que alcanzan a figuras del entorno más cercano del presidente Javier Milei, con el caso de la Agencia Nacional de Discapacidad y las presuntas coimas que salpican a Karina Milei como telón de fondo.

Resultados de las elecciones bonaerenses: cómo seguir el escrutinio

En este marco, las legislativas bonaerenses trascienden la disputa por bancas. Se han convertido en una suerte de plebiscito sobre la gestión nacional: un termómetro que mide el desgaste del proyecto libertario a menos de dos años de haber llegado al poder con promesas de “revolución” económica.

El dato de la baja participación es, en sí mismo, un mensaje político. La mitad del padrón eligió no participar, como si el silencio fuera la forma más brutal de expresar el desencanto. Ese ausentismo revela un electorado que desconfía tanto de las viejas estructuras políticas como de un gobierno que prometió dinamitar la casta pero que, en la práctica, enfrenta sus propios escándalos y contradicciones.

Las urnas en Buenos Aires siempre fueron un espejo del país. Lo que se juegue aquí marcará el pulso político de los próximos meses. La pregunta es si el oficialismo logrará capitalizar la apatía en un voto de confianza o si la oposición podrá traducir el descontento social en un resultado que condicione al Presidente.

Mientras tanto, los ciudadanos transitan entre la incertidumbre económica y la desconfianza política, en una Argentina donde votar ya no es necesariamente un acto de ilusión sino, muchas veces, un gesto de resistencia.

CONTROL DE DAÑOS DE UNA DERROTA ESPERADA 

En la Casa Rosada ya no se habla de triunfo. El oficialismo reconoce en voz baja que la derrota en Buenos Aires es inevitable, aunque la incógnita pasa por la magnitud de la diferencia. No es lo mismo perder por dos o tres puntos que por una brecha mayor a cinco: cada escenario reconfigura la correlación de fuerzas en el Congreso y la capacidad del Gobierno de sostener su agenda legislativa.

Una elección que casi todos seguirán

Si la caída es contundente, la oposición no tardará en reclamar un nuevo equilibrio de poder, interpretando el voto como un mensaje claro de desaprobación a la gestión de Javier Milei. En ese contexto, los mercados estarán atentos a las primeras señales: el lunes siguiente al comicio podría convertirse en un verdadero test de confianza, con movimientos en el dólar, el riesgo país y las cotizaciones de bonos que funcionarán como un termómetro inmediato del resultado.

El oficialismo, por su parte, intentará blindarse argumentando que los comicios no alteran el rumbo económico. Sin embargo, en un país donde la política y las finanzas están íntimamente entrelazadas, la lectura de los inversores será tan relevante como la de los votantes: lo que ocurra en Buenos Aires no quedará circunscripto a la provincia, sino que impactará de lleno en la gobernabilidad nacional.