En las elecciones legislativas de este 7 de septiembre, la Provincia de Buenos Aires volvió a convertirse en el bastión inexpugnable del peronismo. Con el 98% de las mesas escrutadas, la fórmula de Fuerza Patria se impuso con una ventaja aplastante de 14 puntos sobre La Libertad Avanza, confirmando la fortaleza territorial del gobernador Axel Kicillof y su armado político.

El resultado se traduce en un triunfo que no solo asegura la mayoría en la Legislatura bonaerense, sino que además golpea de lleno al proyecto libertario, que había apostado a dar pelea en el distrito más populoso del país.

 

 

 

 

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Los números oficiales muestran que Fuerza Patria superó el 48% de los votos, mientras que LLA apenas alcanzó el 34%. Muy por detrás quedaron Juntos por el Cambio y la izquierda, en un escenario de fuerte polarización.

El mensaje de las urnas fue claro: la sociedad bonaerense eligió respaldar la continuidad de un modelo con mayor presencia estatal en salud, educación y obra pública frente a la política de ajuste y motosierra que propone Milei a nivel nacional.

La contundencia de la diferencia no solo marca el pulso de la política provincial, sino que también reordena el tablero nacional. De ahora en más, el peronismo buscará proyectar este triunfo hacia el Congreso y la arena federal, con un Kicillof que emerge fortalecido y con aspiraciones de liderazgo dentro del espacio.

Mientras tanto, en las filas libertarias se vive un clima de desconcierto. La derrota por 14 puntos en la Provincia es leída como una advertencia al rumbo económico y a la caída del apoyo popular que Milei había logrado en 2023.