El Senado fulmina a Edgardo Kueider tras un escándalo internacional
12 de diciembre de 2024
Con 61 votos afirmativos, 5 negativos y una abstención, la decisión marcó un hito en la historia parlamentaria, con un respaldo mayoritario que superó ampliamente los dos tercios requeridos. La maniobra fue impulsada por el interbloque peronista liderado por José Mayans, enfrentando resistencias iniciales de otros sectores políticos que terminaron cediendo ante la presión pública y mediática.
En una sesión cargada de tensiones políticas y discursos encendidos, el Senado de la Nación resolvió este jueves la expulsión de Edgardo Kueider, representante de Entre Ríos, luego de que su detención en Paraguay desatara una tormenta de controversias. El legislador fue interceptado en el país vecino con más de 200.000 dólares sin declarar, sumándose a un expediente judicial en Argentina por presunto enriquecimiento ilícito.
Con 61 votos afirmativos, 5 negativos y una abstención, la decisión marcó un hito en la historia parlamentaria, con un respaldo mayoritario que superó ampliamente los dos tercios requeridos. La maniobra fue impulsada por el interbloque peronista liderado por José Mayans, enfrentando resistencias iniciales de otros sectores políticos que terminaron cediendo ante la presión pública y mediática.
Un tablero político convulsionado
La sesión comenzó con un giro inesperado: minutos antes, la jueza Sandra Arroyo Salgado había solicitado el desafuero del senador, una acción que redibujó las posturas de varios bloques. La suspensión, inicialmente considerada como una medida intermedia, quedó descartada, dando paso a la expulsión definitiva de Kueider.
El radicalismo, que hasta entonces había mostrado cautela, cambió su enfoque tras la solicitud judicial. Eduardo Vischi, jefe del bloque de la UCR, expresó con firmeza: "Hoy no juzgamos un delito penal, sino los valores y la ética que deben regir este recinto. La sociedad ya lo condenó; este Senado no puede quedarse atrás".
Discursos apasionados y recriminaciones cruzadas
El clima se tornó más denso con intervenciones como la de Guadalupe Tagliaferri, senadora del PRO por la Ciudad de Buenos Aires, quien lanzó duras críticas tanto al oficialismo como a sus propios pares: "Esto no es una cuestión de especulación política; es un tema de honor y de ética." Su alusión a casos anteriores, como el de José Alperovich, avivó los recuerdos de otros escándalos que sacudieron a la Cámara Alta.
Luis Juez, jefe del bloque PRO, aportó un tono más visceral: "El acto de Kueider no solo es un golpe a esta institución; es una herida al decoro y la dignidad que debemos defender. Nos agravia a todos, sin distinción de colores políticos."
Por su parte, José Mayans, líder del interbloque peronista, utilizó su cierre para lanzar dardos hacia el entorno del senador expulsado y hacia sectores opositores: "El Senado no puede ser cómplice del desprestigio que generan estos actos. La justicia y la ética deben prevalecer por encima de cualquier interés partidario."
Un desenlace marcado por el escándalo
La votación selló el destino de Kueider, pero no sin generar nuevos roces. Algunos senadores, como Juan Carlos Romero, optaron por la abstención, mientras que un reducido grupo votó en contra de la medida, alimentando la polémica sobre las divisiones internas en varios bloques.
El escándalo de Kueider dejó al descubierto las tensiones latentes en la política nacional, convirtiéndose en un símbolo del rechazo social a la corrupción. Su caso pasará a los anales del Senado como un recordatorio de la responsabilidad que conlleva representar a los ciudadanos y custodiar los valores republicanos.