Tensión y pases de factura en el PJ: la derrota agitó la interna y la lucha por el liderazgo
28 de octubre de 2025
El revés electoral en la provincia de Buenos Aires dejó expuestas las fracturas dentro del peronismo. Mientras el kirchnerismo apunta contra Axel Kicillof por el desdoblamiento de los comicios, el massismo pide calma y apuesta a recomponer la unidad con vistas a 2027.
El golpe de las urnas volvió a sacudir los cimientos del peronismo bonaerense. Tras la derrota de Fuerza Patria, el espacio que integran Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner, la tensión se trasladó al corazón del movimiento: el gobernador bonaerense intenta replegarse y preservar su liderazgo político frente a un kirchnerismo que busca explicaciones.
La pérdida de más de 400 mil votos en la provincia encendió las alarmas. El bastión histórico del PJ, que durante décadas fue el motor electoral del justicialismo nacional, mostró esta vez señales de desgaste y desmovilización. En el entorno del gobernador reconocen que el impacto fue mayor al esperado y que el desdoblamiento electoral —una jugada pensada para blindar la gestión provincial— terminó dejando heridas abiertas dentro del espacio.
El kirchnerismo duro apunta contra Kicillof
Las críticas más duras llegaron desde La Cámpora, donde consideran que Cristina Fernández de Kirchner tenía razón al oponerse a separar las elecciones bonaerenses de las nacionales. Según ese sector, la decisión del gobernador favoreció a Javier Milei al darle tiempo para reordenarse políticamente y concentrar el voto opositor.
La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, fue una de las primeras en marcar posición con un mensaje en redes que sonó a reproche: “Cristina tenía razón (no importa cuándo leas esto)”. En paralelo, dirigentes camporistas advierten que el desdoblamiento fue una jugada “individualista” que debilitó la estrategia nacional del espacio.
Desde La Plata responden que la derrota fue consecuencia de “una campaña sin magnetismo”, apuntando al rol del candidato Jorge Taiana, impulsado por la expresidenta como figura de consenso. “No hubo volumen político ni narrativa que conectara con la gente”, reconocen en el entorno del mandatario bonaerense.
Massa busca mantener la calma y proyectar unidad
En contraste con las recriminaciones del ala K, el massismo intenta descomprimir la crisis. Desde el Frente Renovador aseguran que los resultados “estaban dentro de lo previsible” y que el desafío ahora es “mantener la cohesión interna”.
“Sergio cree que el peronismo no puede caer en una caza de brujas. Si seguimos señalándonos entre nosotros, le hacemos el juego a Milei”, deslizó un colaborador del tigrense. En ese esquema, Massa busca erigirse como un articulador que permita sostener los puentes entre las distintas tribus del PJ.
Aunque no hay reuniones conjuntas a la vista, los contactos informales entre los tres liderazgos de Fuerza Patria continúan. “Primero hay que dejar que se enfríe la elección, después vendrá el análisis político”, repiten en los despachos bonaerenses.

Kicillof reagrupa filas y prepara un nuevo tablero
Desde el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), su núcleo político más cercano, Kicillof ya trabaja en una lectura minuciosa del voto por distrito. Busca entender dónde perdió apoyo y cómo sostener su proyección hacia 2027, sin romper definitivamente con los sectores kirchneristas.
El gobernador cuenta con el respaldo explícito de Verónica Magario y de la mayoría de los intendentes peronistas, que piden evitar un quiebre interno. Sin embargo, algunos ya deslizan la posibilidad de cambios en el gabinete provincial para desplazar a los funcionarios identificados con La Cámpora.
“La prioridad es preservar la gobernabilidad y no entrar en una guerra interna”, afirman cerca de Kicillof, aunque admiten que la relación con Máximo Kirchner atraviesa su punto más tenso desde 2021.
					 
					
Un peronismo sin liderazgo claro y con la mirada puesta en 2027
La derrota bonaerense marca un punto de inflexión. Sin conducción unificada, con tres polos de poder —Cristina, Kicillof y Massa— y sin narrativa común, el PJ inicia un proceso de redefinición que podría extenderse durante todo el próximo año.
El desafío inmediato será evitar la disgregación territorial y sostener los espacios legislativos conquistados, mientras Milei avanza con mayoría en ambas cámaras. “El peronismo necesita repensarse sin excusas. O se reconstruye o queda reducido a una expresión nostálgica”, resume un histórico dirigente bonaerense.
Kicillof lo sabe: mantener el equilibrio entre la gestión y la interna será su prueba más difícil.
 
                       
																								 
																								 
																							 
																								 
                    


