La autopsia realizada a Morena Verdi, una de las tres víctimas del triple crimen narco de Florencio Varela, confirmó que la joven murió a causa de un shock neurogénico provocado por una estrangulación. El cuerpo, hallado en avanzado estado de descomposición, presentaba además lesiones múltiples y señales de haber sido atada y amordazada antes de ser enterrada.

El informe médico forense, al que accedió la agencia Noticias Argentinas, detalló que Morena tenía un cordón de sujeción en ambos tobillos, cintas plásticas en las muñecas, una mordaza en la boca y una bolsa cubriendo la cabeza, además de una posible bufanda en el cuello que habría sido utilizada para inmovilizarla.

La necropsia fue realizada en la Morgue Judicial del Instituto de Investigación Criminal y de Ciencias Forenses Conurbano Sur, en Laferrere, y los resultados fueron incorporados a la causa que investiga el fiscal Adrián Arribas, de la UFI N°12 de La Matanza.

El documento describe que el cuerpo “se encuentra sucio, con restos de tierra en la superficie corporal” y en avanzado proceso de descomposición, lo que confirma que la muerte se produjo entre la noche del viernes 19 y la madrugada del sábado 20 de septiembre.

Los peritos constataron además una luxofractura en la columna vertebral a nivel cervical (C1-C2), una lesión considerada compatible con una muerte violenta y repentina, ya que compromete los centros nerviosos vitales. Esa fractura le provocó un shock neurogénico fatal, según el informe.

El estudio también detectó un surco de estrangulación a lazo, lo que generó un síndrome asfíctico generalizado. La autopsia concluye que la causa de muerte fue “una luxofractura cervical asociada a compresión extrínseca de cuello por estrangulación”.

En paralelo, los investigadores analizan si las lesiones postmortem detectadas en muslos, rostro y tórax podrían corresponder a manipulación del cuerpo durante el traslado o entierro.

El fiscal Arribas aseguró que los resultados “confirman la brutalidad del ataque” y permiten sostener la hipótesis de una ejecución vinculada al entramado narco que rodeaba a ‘Pequeño J’, principal acusado por los asesinatos de Morena Verdi, Brenda del Castillo y Lara Gutiérrez.